La familia real británica ha cumplido un año más con su emblemática tradición navideña al asistir al servicio religioso matutino en la iglesia de Santa María Magdalena en Sandringham. Bajo la atenta mirada de los ciudadanos congregados en los alrededores de la finca de Norfolk, el rey Carlos III y la reina Camila han encabezado la comitiva real en una mañana marcada por el protocolo y la cercanía familiar. Este encuentro anual reafirma la unidad de la institución en una de las fechas más significativas del calendario británico.
La presencia de los príncipes de Gales ha acaparado gran parte de la atención mediática durante el trayecto hacia el templo. El príncipe Guillermo y la princesa Catalina han caminado junto a sus tres hijos, los príncipes Jorge, Carlota y Luis, quienes han mostrado una actitud serena y protocolaria acorde a la solemnidad del acto. La estampa de los cinco miembros de la familia de Gales subraya la continuidad y el futuro de la corona británica en un ambiente de celebración festiva.
El resto de la familia también ha participado activamente en esta jornada de devoción y tradición en el condado de Norfolk. Entre los asistentes han destacado la princesa Beatriz, en su papel de Consejera de Estado, acompañada por Edoardo Mapelli Mozzi, así como la princesa Eugenia y Lady Louise Windsor. La princesa Ana, fiel a su compromiso con las costumbres de la casa real, también ha estado presente junto a su hija Zara Tindall y su yerno Mike Tindall, quienes han acudido acompañados por la pequeña Lena Tindall.
Esta reunión en Sandringham consolida el liderazgo de Carlos III en la gestión de las tradiciones heredadas mientras proyecta una imagen de cohesión entre las distintas generaciones de los Windsor. Tras finalizar el servicio religioso en la iglesia de Santa María Magdalena, los miembros de la familia real se han retirado para continuar con las celebraciones privadas en la residencia oficial. El evento ha vuelto a demostrar el arraigo de esta costumbre que conecta directamente a la monarquía con el pueblo británico cada mañana de Navidad.
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