La reina Camila ha protagonizado un momento de gran simbolismo histórico durante el servicio religioso de este 25 de diciembre en la iglesia de Santa María Magdalena en Sandringham. Para esta cita navideña, la consorte ha rescatado de la Colección Real el broche de frambuesa de la condesa de Strathmore, una pieza cuyo nombre evoca la delicada estructura de una semilla de frambuesa.
Los orígenes de esta joya se remontan al año 1881, cuando fue entregada como un valioso obsequio de boda a Cecilia Nina Bowes-Lyon, condesa de Strathmore y Kinghorne. A lo largo de las décadas, la pieza pasó a manos de la Reina Madre y posteriormente a la Reina Isabel II, integrándose así de forma definitiva en el joyero de la corona.
Al elegir este broche para acompañar su atuendo en Norfolk, la reina no solo rinde homenaje al legado de sus predecesoras, sino que también refuerza la continuidad de las tradiciones de la familia real británica en una de las mañanas más emblemáticas del año.
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