La reina Máxima de los Países Bajos, en su papel de Defensora Especial de las Naciones Unidas para la Salud Financiera, visitó las sedes del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington, D.C., este 22 de septiembre. En un gesto notable, fue acompañada por su hija, la princesa Amalia, en lo que parece ser un paso en la preparación de la futura reina para sus deberes oficiales.
La visita se centró en la labor de Máxima para promover el acceso a servicios financieros básicos en todo el mundo, un pilar de su trabajo con la ONU. Amalia, por su parte, se unió a las reuniones para informar sobre los progresos y desafíos de esta iniciativa global, mostrando un compromiso temprano con las causas humanitarias que caracterizan a su madre.
Este encuentro subraya la importancia del trabajo que la realeza holandesa realiza en los organismos internacionales, destacando su influencia en temas críticos como el desarrollo económico y la inclusión social. La presencia de Amalia junto a su madre no solo refuerza el mensaje, sino que también señala un claro relevo generacional en la agenda diplomática de la Casa de Orange.
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