La noche del fútbol europeo tuvo un toque de realeza y alta costura. Este 22 de septiembre, el Théâtre du Châtelet de París, icónico por albergar la ceremonia del Balón de Oro, recibió a una invitada de lujo: la Princesa Charlene de Mónaco.
Antes de que se revelara el nombre del mejor futbolista del mundo, la princesa asistió a la sesión de fotos oficial, capturando la atención de todos con su elegancia innata. Para la ocasión, Charlene optó por un impecable vestido largo de color blanco. El diseño, de manga larga y corte recto, destacaba por su sobriedad y la fluidez de su tela, que realzaba su figura de manera sofisticada. La elección del blanco, un color que ha sido recurrente en sus apariciones recientes, aportó un brillo especial y un aire de minimalismo chic a la alfombra roja.
Su presencia añadió un resplandor único al prestigioso evento, confirmando que la gala del Balón de Oro es mucho más que una simple entrega de premios deportivos. La asistencia de Charlene subraya el alcance global del evento y su capacidad para atraer a figuras de diversos ámbitos, desde el deporte hasta la realeza, todas enmarcadas por la distinción de la moda.
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