Ana y el Rey (Anna and the King) es una película biográfica estadounidense de 1999 dirigida por Andy Tennant que explora el fascinante y a menudo tenso encuentro entre la tradición oriental y el pensamiento occidental a finales del siglo XIX. Basada libremente en la novela Ana y el Rey de Siam (1944), que a su vez se inspira en los diarios de la vida real de Ana Leonowens, la cinta está protagonizada por Jodie Foster como Ana y Chow Yun-fat como el rey Mongkut. El filme obtuvo dos nominaciones en la 72.ª edición de los Premios Óscar en las categorías de Mejor Dirección Artística y Mejor Diseño de Vestuario.
La trama se centra en Ana Leonowens, una viuda británica que llega a Siam (actual Tailandia) con su hijo Louis para asumir la crucial tarea de enseñar inglés y educación occidental moderna al príncipe heredero Chulalongkorn y a la numerosa prole del rey Mongkut (hijos de sus veintitrés esposas). Ana se revela como una mujer decidida, inteligente y valiente, cualidades que, a pesar de los iniciales choques culturales y de personalidad, agradan al Rey. Mongkut, un monarca visionario, desea ardientemente modernizar Siam para evitar el destino colonial de otras naciones vecinas, mientras protege las antiguas tradiciones que definen la identidad de su reino. Las ideas abolicionistas de Ana comienzan a sembrar una semilla de cambio, influyendo especialmente en el joven Chulalongkorn respecto a la esclavitud. La relación de Ana con la corte se profundiza en medio de la alegría y la pena. Ana se encariña con los príncipes, en particular con la princesa Fa-Ying. La tragedia golpea cuando la niña enferma de cólera y muere en brazos del Rey. Ana comparte el dolor de Mongkut, quien más tarde encuentra un consuelo agridulce en la creencia de la reencarnación, al ver a uno de sus monos juguetones actuar como lo hacía su hija.
El conflicto de valores alcanza su punto álgido con la historia de Lady Tuptim, la nueva concubina. Enamorada de otro hombre, Khun Phra Balat, Tuptim intenta reunirse con él tras disfrazarse de monja. Su captura y el posterior juicio son una prueba dolorosa de la rigidez de la corte. Cuando Ana, horrorizada por la tortura de Balat y el latigazo a Tuptim, protesta airadamente, su arrebato le impide al Rey mostrar clemencia, pues aparecería cediendo ante la presión occidental. Trágicamente, Tuptim y Balat son decapitados públicamente. Mientras tanto, la intriga política amenaza la estabilidad de Siam. El Rey descubre que el general Alak, su consejero militar, es el verdadero líder de un golpe de Estado financiado por intereses británicos, revelando su traición al envenenar a sus propios soldados y causar la muerte del príncipe Chaofa. Con su ejército lejos, Mongkut urde una estratagema para huir de Bangkok bajo el pretexto de avistar un elefante blanco. Ana es convencida de regresar para dar credibilidad a esta coartada. Perseguidos por el ejército birmano de Alak, el Rey y sus hombres preparan una emboscada en un puente sobre un cañón.
El clímax de la película se resuelve no con fuerza bruta, sino con astucia: desde el escondite, Ana, Louis, las esposas y los hijos del Rey montan un brillante engaño. Louis usa su cuerno para imitar el sonido de una carga de caballería, mientras que los fuegos artificiales simulan un ataque de soldados británicos. Los birmanos entran en pánico y huyen. Alak, en su intento de matar a Mongkut, es eliminado cuando uno de los guardias detona los explosivos del puente. La película concluye con la despedida de Ana, no sin antes compartir un último baile con Mongkut, quien, asombrado, reconoce que ahora entiende "cómo un hombre puede ser feliz con una sola mujer". Una voz en off explica que el príncipe Chulalongkorn ascendió al trono tras la muerte de su padre y, aplicando las lecciones de la modernidad, abolió la esclavitud e instauró la libertad religiosa.
La trama se centra en Ana Leonowens, una viuda británica que llega a Siam (actual Tailandia) con su hijo Louis para asumir la crucial tarea de enseñar inglés y educación occidental moderna al príncipe heredero Chulalongkorn y a la numerosa prole del rey Mongkut (hijos de sus veintitrés esposas). Ana se revela como una mujer decidida, inteligente y valiente, cualidades que, a pesar de los iniciales choques culturales y de personalidad, agradan al Rey. Mongkut, un monarca visionario, desea ardientemente modernizar Siam para evitar el destino colonial de otras naciones vecinas, mientras protege las antiguas tradiciones que definen la identidad de su reino. Las ideas abolicionistas de Ana comienzan a sembrar una semilla de cambio, influyendo especialmente en el joven Chulalongkorn respecto a la esclavitud. La relación de Ana con la corte se profundiza en medio de la alegría y la pena. Ana se encariña con los príncipes, en particular con la princesa Fa-Ying. La tragedia golpea cuando la niña enferma de cólera y muere en brazos del Rey. Ana comparte el dolor de Mongkut, quien más tarde encuentra un consuelo agridulce en la creencia de la reencarnación, al ver a uno de sus monos juguetones actuar como lo hacía su hija.
El conflicto de valores alcanza su punto álgido con la historia de Lady Tuptim, la nueva concubina. Enamorada de otro hombre, Khun Phra Balat, Tuptim intenta reunirse con él tras disfrazarse de monja. Su captura y el posterior juicio son una prueba dolorosa de la rigidez de la corte. Cuando Ana, horrorizada por la tortura de Balat y el latigazo a Tuptim, protesta airadamente, su arrebato le impide al Rey mostrar clemencia, pues aparecería cediendo ante la presión occidental. Trágicamente, Tuptim y Balat son decapitados públicamente. Mientras tanto, la intriga política amenaza la estabilidad de Siam. El Rey descubre que el general Alak, su consejero militar, es el verdadero líder de un golpe de Estado financiado por intereses británicos, revelando su traición al envenenar a sus propios soldados y causar la muerte del príncipe Chaofa. Con su ejército lejos, Mongkut urde una estratagema para huir de Bangkok bajo el pretexto de avistar un elefante blanco. Ana es convencida de regresar para dar credibilidad a esta coartada. Perseguidos por el ejército birmano de Alak, el Rey y sus hombres preparan una emboscada en un puente sobre un cañón.
El clímax de la película se resuelve no con fuerza bruta, sino con astucia: desde el escondite, Ana, Louis, las esposas y los hijos del Rey montan un brillante engaño. Louis usa su cuerno para imitar el sonido de una carga de caballería, mientras que los fuegos artificiales simulan un ataque de soldados británicos. Los birmanos entran en pánico y huyen. Alak, en su intento de matar a Mongkut, es eliminado cuando uno de los guardias detona los explosivos del puente. La película concluye con la despedida de Ana, no sin antes compartir un último baile con Mongkut, quien, asombrado, reconoce que ahora entiende "cómo un hombre puede ser feliz con una sola mujer". Una voz en off explica que el príncipe Chulalongkorn ascendió al trono tras la muerte de su padre y, aplicando las lecciones de la modernidad, abolió la esclavitud e instauró la libertad religiosa.
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