La Reina Mary de Dinamarca fue la figura central de las celebraciones del Día de la Bandera, un evento dedicado a los ciudadanos daneses que viven en el extranjero. La jornada, que tuvo lugar el 5 de septiembre en el histórico Palacio de Christiansborg, es una tradición que refuerza el vínculo entre Dinamarca y su diáspora global.
Para la ocasión, la monarca eligió un atuendo elegante y funcional. Vistió un clásico abrigo tipo gabardina de color neutro sobre un sofisticado vestido verde oscuro. El conjunto fue complementado con una sencilla diadema negra y zapatos de tacón alto, mostrando un estilo pulido y acorde con la solemnidad del acto.
La Reina María participó activamente en las festividades, interactuando con los asistentes que viajaron desde diferentes partes del mundo para la ocasión. Su presencia destaca la importancia que la Casa Real danesa le otorga a la comunidad de expatriados y su papel como embajadores culturales de la nación. La celebración se convirtió en un emotivo reencuentro, reafirmando que la distancia no diluye el sentido de pertenencia y el orgullo por la herencia danesa.
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