Alicia de Albany, más tarde conocida como Condesa de Athlone, nació el 25 de febrero de 1883 en el Castillo de Windsor. Fue la hija mayor del príncipe Leopoldo, duque de Albany y de la princesa Elena de Waldeck-Pyrmont. De parte del linaje de su padre la convertía en nieta directa de la Reina Victoria. Fue bautizada en la capilla privada del castillo de Windsor en marzo de 1883. Fue bautizada en la capilla privada del Castillo de Windsor en marzo de 1883, recibió el nombre de Alicia en recuerdo de su difunta tía paterna, la gran duquesa de Hesse. Cuando apenas tenía una año de edad, su padre, el príncipe Leopoldo, falleció a causa de la hemofilia, una enfermedad que él había heredado, y que Alicia también portaría en sus genes. Durante su infancia, la princesa vivió un momento muy peculiar, cuando tenía cuatro años de edad, un aladrón intentó entrar en Clarence House por la ventana de su dormitorio, pero los gritos de su niñera alertaron a la familia haciendo huir al intruso. Para tranquilizarla, su cuidadora le aseguró que había sido Papá Noel visitándola antes de tiempo.
A dos semanas de cumplir los 21 años de edad, contrajo matrimonio con el príncipe alejandro de Teck, la boda se llevó a cabo el 10 de febrero de 1904, en la capilla de de San Jorge del castillo de Windsor. El 23 de enero de 1906 nació su primera hija, la princesa May de Teck. En abril del año siguiente nacería el príncipe Rupert, y por último Mauricio,, quien nació el veintinueve de marzo de 1910, pero lamentablemente murió a los cinco meses de su nacimiento. En 1917, en el marco de la segunda guerra mundial, cuando la familia real británica estaba renunciando a los títulos alemanes, su esposo Alejandro recibió por parte del Rey Jorge V el título de conde de Athlone. La pareja residió en el Palacio de Kensington y en Brantridge Park, en West Sussex. Poco despiés de la jubilación del conde de su servicio militar, ambos se mudaron a un apartamento en el Palacio de Kensington (Clock House) que anteriormente había ocupado la madre de Alicia. En 1923, adquirieron una casa de campo, Brantridge Park, en el condado de West Sussex. Entre 1924 y 1931 Su esposo ocupó el cargo de gobernador general de la Unión Sudafricana. Durante este lapso de tiempo la princesa Alicia lo acompañaría sirviendo como virreina Consorte. Durante su estadía en el África austral la pareja construyó una residencia cerca de la costa en Muizenberg, dicha construcción actualmente es considerada todo un monumento nacional.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la trayectoria del conde lo llevó a Canadá, donde ejerció como gobernador general entre 1940 y 1946. En ese momento, Alicia desempeñó un papel crucial en el esfuerzo del apoyo bélico: fue comandante honoraria de las divisiones femeninas de la Marina, y también de la Fuerza Aérea canadienses, fue presidenta de la Brigada de Ambulancias de San Juan y anfitriona de numerosas actividades sociales y benéficas. Durante su estancia en Canadá la pareja residió principalmente en Rideau Hall, en Ottawa, Sus tres nietos, Ana, Ricardo e Isabel, vivieron con junto ellos en durante el periodo de la segunda guerra mundial. Esta guerra había provocado complicaciones para la familia, y por esta razón su residencia se convirtió en un refugio para muchos miembros desplazados de las familias reales europeas. Entre los refugiados que se alojaron en Rideau Hall por un tiempo se encontraba el príncipe heredero Olav, la princesa heredera Marta de Noruega, la gran duquesa Carlota y el príncipe Félix de Luxemburgo, el rey Pedro de Yugoslavia, el rey Jorge de Grecia, la emperatriz Zita de Borbón-Parma junto a sus hijas, así como la reina Guillermina y su hija, la princesa Juliana de los Países Bajos.
Entre 1943 y 1944, la pareja recibió en la ciudad de Quebec al primer ministro Mackenzie King, acompañado del primer ministro del Reino Unido Winston Churchill y del presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt. Durante estas reuniones, los líderes debatieron sobre las estrategias aliadas que finalmente llevaron a la victoria contra la Alemania Nazi y Japón Imperial. Después de la guerra, la princesa Alicia continuó con su incansable labor. En 1950, se convirtió en la primera rectora de la Universidad de las Indias Occidentales, un cargo que la llevó a visitar anualmente dicha región. Su esposo, el conde de Athlone falleció en enero de1957 en el Palacio de Kensington en Londres. En 1966, Alicia finalmente decidió publicar sus memorias bajo el título Para mis nietos. Más tarde, la princesa continuó viviendo en el palacio de Kensington, donde falleció 3 de enero de 1981, a la edad de 97 años. Posteriormente, su cuerpo fue sepultado junto a los restos de su esposo y otros miembros de la familia en el cementerio real de Frogmore. Hasta la fecha, Alicia de Albany sigue siendo la princesa real de sangre más longeva en haber pertenecido a la familia real británica.




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