La Duquesa (2008)

La Duquesa (The Duchess) es una película dramática histórica de 2008 dirigida por Saul Dibb, quien adaptó el guion junto a Jeffrey Hatcher y Anders Thomas Jensen. Basada en el aclamado libro de 1998 "Georgiana, Duquesa de Devonshire" de Amanda Foreman. Protagonizada por Keira Knightley, Ralph Fiennes, Hayley Atwell  y Charlotte Rampling   la cinta nos sumerge en la vida de la icónica aristócrata inglesa de finales del siglo XVIII, Georgiana Cavendish. La película fue generalmente bien recibida por la crítica y su exquisita recreación histórica fue reconocida con el Óscar al Mejor Diseño de Vestuario.

La historia nos transporta al año 1774 con el matrimonio de la joven Georgiana con William Cavendish, el Duque de Devonshire. Si bien la unión es un triunfo social, rápidamente se revela como una tragedia personal. La única expectativa del Duque es clara: un heredero varón. La vida conyugal se desmorona cuando el Duque, frío y distante, trae a su hija ilegítima, Charlotte, a vivir con ellos. Su disgusto se intensifica al nacer la primera hija de Georgiana, lo que él considera un incumplimiento de sus obligaciones conyugales. A pesar de la desilusión en casa, Georgiana se transforma en una figura deslumbrante y popular de la alta sociedad. En este contexto, conoce a la joven y vulnerable Lady Bess Foster en Bath y la invita a vivir en su hogar, encontrando en ella una amiga íntima y confidente. Sin embargo, la dinámica se vuelve insostenible cuando el Duque comienza una aventura con Bess. Georgiana se siente doblemente traicionada, no solo por su esposo, sino por su única amiga. Aunque el Duque ha impuesto un triángulo amoroso doloroso, Bess justifica su permanencia como una necesidad desesperada para recuperar a sus propios tres hijos, de los que ha sido separada.

A medida que la vida matrimonial se deteriora, la película eleva las apuestas con el romance que Georgiana inicia con el joven político radical, Charles Grey. Cuando Georgiana valientemente confronta a su esposo sugiriendo que, si él puede tener a Bess, ella debería tener a Charles, la respuesta del Duque es brutal: no solo violenta a su esposa, sino que utiliza el resultado —el anhelado heredero varón— como un arma de control. En un punto dado de mucha tensión, cuando la sociedad expone el romance de Georgiana. El Duque no duda en usar a sus hijos como chantaje, obligando a Georgiana a tomar una decisión imposible: abandonar a su amante o perder a sus hijos. El desenlace, con el nacimiento secreto de su hija, Eliza Courtney, y la dolorosa separación forzada, consolida el retrato de Georgiana como una figura trágica y sacrificada.

A pesar del dolor, el film muestra un giro inesperado en la amistad de las dos mujeres, Georgiana y Bess, que encuentran consuelo mutuo en su arreglo poco convencional. La película cierra con una amarga aceptación: el matrimonio perdura, aunque destruido, ofreciendo al lector datos conmovedores en los créditos: la visita secreta de Georgiana a Eliza y el posterior ascenso de Charles Grey a Primer Ministro, un recordatorio de que el sacrificio de ella no fue en vano.

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