La Princesa Leonor, acompañada de los Reyes, protagonizó una visita oficial histórica a Navarra, marcando su primera aparición formal en la Comunidad Foral ostentando el título de Princesa de Viana. Esta visita subraya y celebra la profunda conexión que la heredera de la Corona mantiene con la región a través de esta dignidad, establecida hace 602 años.
El título de Príncipe de Viana fue creado en 1423 por el Rey Carlos III el Noble para su nieto y heredero, equiparando así el heredero navarro a los de otras coronas europeas. Aunque el Reino de Navarra se incorporó a la Corona de España, el título perduró, siendo formalmente reconocido en la Constitución de 1978 como uno de los títulos inherentes al Príncipe Heredero, junto a los de Asturias y Girona.
La agenda de la Princesa estuvo cargada de simbolismo. En Pamplona, visitó el Palacio de Navarra, y posteriormente se trasladó a Viana, la ciudad que da nombre al título, para reunirse con la Corporación Municipal y visitar la exposición del VI Centenario del Principado. El acto de mayor trascendencia histórica fue en el Monasterio de San Salvador de Leyre, donde Leonor se unió a sus padres para rendir el tradicional homenaje a los restos de los primeros monarcas navarros.
En términos de estilo, la Princesa proyectó una imagen de profesionalismo y madurez. Para la ocasión, estrenó un elegante traje de pantalón sastre azul marino con raya diplomática (atribuido a Hugo Boss) con una blazer de corte oversize, un look que coordinó con el traje burdeos de la Reina Letizia. Este vestuario sobrio y ejecutivo reforzó la seriedad de su debut institucional como Princesa de Viana, reafirmando su preparación para los roles que le corresponden como heredera de la Corona.
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