Isabel de Baviera: La Vida de Sissi, Emperatriz de Austria

Isabel Amalia Eugenia, mejor conocida como Sissi, nació 24 de diciembre de 1837 en Múnich, durante el Reino de Baviera. Su nacimiento ocurrió durante la mañana de la víspera de navidad dentro el palacio Herzog Max , residencia donde la familia solía pasar la temporada de invierno. Fue la cuarta de los hijos de la duquesa Ludovica de Baviera y del duque Maximiliano José de Baviera. Al igual que sus hermanos, la princesa Sissi creció en un ambiente relajado y alejado de los rígidos protocolos de la corte y de la estrictas etiquetas. Durante los inviernos, la familia pasaba la temporada en el palacio de Herzog Max, mientras que los veranos se trasladaban al Palacio de Possenhofen, allí, la princesa creció en un ambiente de mucha libertad en contacto cercano a la naturaleza. Uno de sus pasatiempos preferidos en este lugar, fue sin duda montar a caballo por el campo, también solía realizar paseos en bote por el lago de Starnberg, y disfrutaba con largas caminatas que su padre solía llevarla junto con sus otros hermanos en los senderos de los alrededores de la propiedad. Todo esto la hizo desarrollar y una pasión por la equitación y un gran aprecio por la naturaleza y también por los animales. Recibió una educación en casa, bajo la supervisión de institutrices, y aunque su educación fue algo rudimentaria y no tan rigurosa como generalmente se acostumbraba en las niñas de su posición y estatus, Isabel fue capaz de dominar diferentes idiomas, entre ellos el Griego, idioma que aprendió sólo para poder disfrutar de las obras griegas en su idioma original.


La archiduquesa Sofía, al buscar una esposa para su hijo Francisco José I, quien era el emperador de Austria, vio en la reservada y seria Elena una ideal candidata para esposarse con su hijo. En mil ochocientos cincuenta y tres, la duquesa Ludovica emprendió un viaje desde el Palacio de Possenhofen, en Austria, hasta Bad Ischl, en compañía de dos de sus hijas: Elena, de diecinueve años de edad, y de Sissi, quien en ese entonces contaba con sólo quince años de edad. Aunque en realidad no hay documentos o correspondencias que comprueben el verdadero propósito del famoso viaje, la versión popular cuenta que el principal objetivo de esta travesía era simplemente presentar a su hija Elena como la futura esposa del joven emperador Francisco José I. La reunión se programó para que concediera exactamente con el vigésimo tercer cumpleaños del emperador. A pesar de que la princesa Elena era la candidata oficial elegida por la archiduquesa Sofia, inesperadamente, Francisco José se sintió más irremediablemente atraído por la belleza y la personalidad de su prima más joven. Su encanto y espontaneidad contrastaban con la rigidez y los protocolos de la corte vienesa, robando perdidamente el corazón del monarca. La elección de Sissi como futura Emperatriz de Austria causó cierta controversia en la misma corte. La archiduquesa Sofía, madre de Francisco José y hermana de Ludovica, consideró a Sissi demasiado joven e inmadura para el papel de la Emperatriz de Austria, por ende se opuso fervientemente a este matrimonio. A pesar de ello, el amor del emperador prevaleció, y finalmente, Francisco José e Isabel de Baviera se casaron el 24 de abril de 1854 en la iglesia de los agustinos en Viena. Este enlace marcaría el inicio de una nueva y significativa era para la monarquía austrohúngara.


Diez meses después de la boda, Sisi dio a luz a su primera hija, a quien bautizaron con el nombre de Sofía Federica, en honor a la madre del emperador. La archiduquesa Sofía, que a menudo catalogaba a Isabel como una simple madre joven incapaz de criar a su propia hija, no solo eligió el nombre de la niña sin consultarla, sino que se hizo cargo completamente de ella, negándose rotundamente a que Isabel la amamantara o la cuidara personalmente. En 12 de julio de 1856, nacería su segunda hija, la princesa Gisela Luisa María, y de igual manera, su suegra Sofía le arrebató a su hija un año después de su nacimiento para tenerla bajo su cuidado. En 1857, desafiando las órdenes de la archiduquesa Sofía, Isabel se llevó a sus dos hijas a un viaje Hungría junto con su esposo. Sin embargo, este viaje terminaría en tragedia ya que las niñas enfermaron gravemente de fiebre y diarrea severa. Aunque la pequeña Gisela se recuperó rápidamente, su hermana no tuvo la misma suerte ya que falleció el 29 de mayo de 1857 cuando apenas tenía dos años, probablemente su muerte fue ocasionado por Tifus. Esta lamentable pérdida sumió a a la emperatriz en una profunda depresión que la marcó por el resto de su vida vida. El 21 de agosto de 1858 la emperatriz dio a luz a su hijo Rodolfo, el príncipe heredero al trono, . Este nacimiento incrementó su influencia en la corte de Viena y, junto con su simpatía por Hungría y sus ideas liberales, la convirtió en la mediadora clave entre los húngaros y el emperador Francisco José I en el creciente conflicto de nacionalidades del imperio. Para octubre de 1860, su salud preocupó a su doctor de cabecera. Sus ataques de nervios, al igual que sus excesivos ayunos, su obsesionante rutina de ejercicio, y sus frecuente ataques de tos, la habían llevado a desarrollar una neumonía, y también un evidente agotamiento físico. Su doctor, al temer que se tratase de una grave afección pulmonar le recomendó un descanso en Madeira para su eventual recuperación. Los años subsecuentes, sus viajes fueron cada vez más recurrentes, esto con la excusa de mejorar su salud, aunque su verdadera intención sólo era escapar de la corte vienesa. 


Mientras tanto, durante todo este tiempo, dentro de la corte se corrían rumores sobre relación extramarital que mantenía su esposo. Se cuenta, que la emperatriz siempre estuvo enterada de la vida extramarital de su marido. Incluso, se cuenta que ella misma consentía dichas relaciones como un tipo de compensación por sus largas temporadas que ella pasaba en sus viajes alejada de la corte. Tras el compromiso de Hungría con el imperio Imperio, se creó la Monarquía Austrohúngara, y el 8 de junio de 1867 Isabel y Francisco José I fueron coronados como reyes de Hungría en junio de 1867. En abril de 1868 dio a luz a su última hija, a quien bautizaron con el nombre de María Valeria, y a diferencia de sus otros hijos, esta vez Isabel se hizo más cargo de la pequeña archiduquesa. En enero 1889, la vida de la Emperatriz se vio seriamente alterada por un evento devastador. Su único hijo varón, el príncipe Rodolfo, quién era el heredero al trono, fue hallado sin vida junto a su joven amante, la baronesa María Vetsera. La causa oficial de las muertes fue un presunto acto suicida. Este trágico suceso, que conmocionó a la realeza europea y al público en general, se conoció como el "incidente Mayerling". Este trágico evento sumió aún más a la emperatriz en una profunda melancolía y como un acto de luto, el negro se volvió su color predominar en sus prendas. Desde ese momento, nunca más permitió ser retratada. Actualmente. son pocas las fotografías fechada después de esta época que se conservan, gracias a que algunos fotógrafos lograron fotografiarla sin que ella lo consintiese. Posteriormente, la emperatriz trató de buscar calma emocional en sus famosos viajes. En su vapor imperial, conocido como el Miramar, la emperatriz Isabel viajó incansablemente por el Mediterráneo, visitando lugares como la Riviera Francesa, San Remo, el lago Lemán, y Corfú. También se aventuró en países poco visitados por la realeza europea en aquella época, como Marruecos, Argelia, Malta, Turquía y Egipto. Durante sus viajes, la Emperatriz Isabel buscaba a toda consta eludir la atención pública y las multitudes. Prefería viajar de incógnito, utilizando pseudónimos como la "Condesa de Hohenembs" para preservar su privacidad. 


Tras la muerte de su hijo, encargó la construcción del palacio "Achilleion" en la isla griega de Corfú, nombrado en honor al héroe Aquiles. Aunque el emperador Francisco José esperaba que su esposa finalmente se estableciera allí, ella pronto perdió el interés en la propiedad. El palacio fue posteriormente adquirido por el emperador alemán Guillermo II, hoy en día dicho palacio es un importante museo. Durante su última década de vida, Isabel experimentó una serie de dolorosas pérdidas de seres queridos, como la muerte de su querida hermana Elena, quien murió en 1890, se cuenta, que la emperatriz estuvo a su lado hasta su último aliento de vida. En enero de 1892 perdió a su madre, y por último, la partida de su hermana Sofía Carlota, quien murió trágicamente en un incendio en parís en 1897. A los sesenta años de edad, como era costumbre, la emperatriz realizó un viaje de manera incógnita a Suiza. No obstante, la información de su estancia en el lujoso hotel Beau Rivage en la ciudad de Ginebra había sido filtrada. Durante la tarde del día 10 de septiembre de 1898, la emperatriz Isabel de Austria murió apuñalada en el corazón por un anarquista de nombre Luigi Lucheni. Una semana después de su asesinato, su cuerpo fue depositado en la cripta imperial en Viena. Con el pasar del tiempo, la figura de Sissy se convirtió en todo un icono de la belleza, y la elegancia, pero detrás de esta sofisticada apariencia también habitaba una mujer no del todo feliz”. Aunque la imagen de la emperatriz siempre gozó de mucha aceptación popularidad, se sentía sola e incomprendida por todos los demás, se sentía en un lugar en donde no encajaba completamente. Cabe destacar, que la figura de Sissi que conocemos hoy en día, en gran parte se encuentra construida a partir de representaciones idealizadas y romantizadas. La realidad de su vida fue mucho más compleja, de lo que se cuenta.



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