La coronación del nuevo Gran Duque Guillermo de Luxemburgo, tras la abdicación de Enrique el 3 de octubre de 2025, fue una jornada de alto significado institucional que culminó con una cena de gala en el Palacio Gran Ducal. La asistencia de los Reyes Guillermo Alejandro y Máxima de los Países Bajos fue un punto culminante, con la Reina neerlandesa acaparando las miradas gracias a una de las piezas más significativas del joyero Orange. La Reina Máxima eligió lucir la imponente Grand Parure de Zafiros de la Reina Emma, un conjunto de joyas con un profundo significado histórico. Esta tiara, que forma parte de un parure más amplio, es una joya clave en la historia de la Casa Real de los Países Bajos.
La tiara fue creada originalmente por la joyería Mellerio en 1867 y adquirida por el Rey Guillermo III en 1881 como un obsequio para su esposa, la Reina Emma. La pieza central deslumbra con un total de 31 zafiros y 655 diamantes de Sudáfrica, montados originalmente en oro. El elemento más espectacular de la tiara es su imponente zafiro central de 44 quilates, una gema de valor incalculable que, además, posee una procedencia real al haber pertenecido previamente a la Reina Ana. La parure es un conjunto de joyas coordinadas que la Reina Máxima complementó a la perfección. La monarca no solo llevó la tiara, sino también otras piezas clave del parure que incluía brazaletes, un collar y un gran pectoral con un zafiro central, reafirmando la magnificencia del histórico conjunto.
La elección de esta tiara no fue casual. La Tiara de Zafiros de la Reina Emma ha adquirido un simbolismo especial en la monarquía neerlandesa, especialmente después de que la Reina Máxima la eligiera para la solemne ceremonia de investidura de su esposo, el Rey Guillermo Alejandro, en 2013. Al volver a lucirla en la proclamación del Gran Duque Guillermo, doce años después, la Reina Máxima subraya con sus joyas la importancia de los lazos dinásticos y la continuidad en los grandes momentos de la realeza europea.
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