La Princesa de Montpensier (La Princesse de Montpensier) es una película francesa del género drama romántico de época dirigida por Bertrand Tavernier. Protagonizada por Mélanie Thierry en el papel principal, junto a figuras como Gaspard Ulliel, Lambert Wilson, y Grégoire Leprince-Ringuet, la cinta nos muestra una vívida adaptación del cuento anónimo de Madame de La Fayette de 1662.
La historia comienza con el Conde de Chabannes, un hugonote de mediana edad desilusionado por el derramamiento de sangre de las Guerras de Religión. Tras desertar del ejército protestante, es capturado por bandidos, pero es rescatado por su antiguo alumno, el joven Príncipe de Montpensier. Montpensier, un católico que aprecia profundamente a su tutor, le ofrece protección, convirtiéndole en un fugitivo que huye tanto de los católicos como de los hugonotes. Juntos se dirigen al castillo de la familia Mézières, donde el padre del príncipe negocia el matrimonio de su hijo con la hija de la familia, la hermosa Marie Mézières, de 17 años. Sin embargo, Marie mantiene una relación íntima con su amigo de la infancia, el impulsivo y poderoso Duque de Guisa. La noticia del matrimonio concertado enfurece a Guisa, lo que desata un duelo que es frenado por la oportuna intervención de Chabannes. Tras la boda, los recién casados se dirigen al castillo de Montpensier. Durante el viaje, Chabannes le confiesa a Marie su repulsión por la brutalidad de las guerras, revelando el remordimiento por haber matado a una mujer embarazada en el fragor de la batalla. La joven pareja, que apenas se conoce, es separada abruptamente por una citación de la corte real de París. El Príncipe deja a Marie al cuidado de Chabannes, encargándole que perfeccione su formación humanística para prepararla para la corte.
Durante sus estudios, la solitaria Marie y el desilusionado Chabannes desarrollan una intensa amistad. Esta cercanía lleva al hombre mayor a confesar imprudentemente su amor imposible. Marie, valorando su amistad, le asegura que olvidará sus palabras. El regreso temporal de Montpensier es interrumpido por otra convocatoria real. Antes de su partida, el Duque de Guisa llega a la finca acompañado de su primo, el elegante Duque de Anjou (heredero del trono, ya que el Rey Carlos IX está enfermo). Anjou queda inmediatamente prendado de Marie al verla en el río. Montpensier, consumido por los celos, invita a los nobles a cenar, donde los cuatro hombres—Montpensier, Guisa, Anjou y Chabannes—todos enamorados de Marie, entablan una conversación cargada de tensión. Una vez en París, Guisa intenta reunirse a solas con Marie. Montpensier los sorprende, desenvainando de nuevo las espadas, esta vez separadas por Anjou. Guisa besa a Marie en una escalera, pero ella se aparta y, al confesárselo a Chabannes, él le aconseja distanciarse, advirtiéndole que Guisa también corteja a la Princesa Margarita de Valois, hermana de Anjou. Impulsada por la pasión, Marie se cita con Guisa en un baile de máscaras. Sin embargo, el hombre tras la máscara resulta ser Anjou, quien rápidamente confronta a Guisa y le exige que se aleje de Marie. Anjou luego advierte a Marie sobre el carácter sin escrúpulos de Guisa. Montpensier, cegado por los celos y la humillación, ordena a Chabannes que devuelva a Marie al campo a la mañana siguiente.
Esa misma noche, Guisa aparece, exige a Chabannes que lo lleve a la habitación de Marie y, una vez allí, le declara su amor. La irrupción de Montpensier, que encuentra a Chabannes en la habitación de su esposa, provoca su despido. Guisa regresa entonces sigilosamente, y pasa una noche de amor con Marie. Marie regresa sola a casa, mientras que el deshonrado y arruinado Chabannes se refugia en una posada. El matrimonio de Marie se separa, aunque Montpensier aún alberga esperanzas. La noche del 24 de agosto de 1572 marca el clímax de la tragedia histórica: la Matanza de San Bartolomé. Turbas católicas lideradas por Guisa masacran a los protestantes. Chabannes muere al intentar proteger a una mujer embarazada. Montpensier cabalga hacia Marie para darle la noticia de la muerte de Chabannes, la partida de Anjou (para convertirse en Rey de Polonia) y el inminente matrimonio de Guisa con una rica heredera. Marie corre a Blois para confrontar a Guisa, ofreciéndose a dejar a su esposo por él, pero él le responde con frialdad que ya no la ama y debe cumplir su compromiso por interés. Devastada, Marie recuerda las últimas palabras de Chabannes: "Así como has perdido la confianza de tu esposo y el corazón de tu amado, al menos tienes mi sincera amistad". Vestida de luto, cabalga hasta la tumba de su protector, reconociendo que la amistad sincera fue el único consuelo en un mundo de despiadada ambición.
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